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El Banco Central Europeo (BCE) ha cambiado su hoja de ruta de forma contundente.

El organismo monetario retrasa la primera subida de tipos hasta finales de 2019, en lugar de finales del verano como estaba previsto. Por otro lado, la institución ha anunciado nuevas inyecciones de liquidez a largo plazo para que la banca canalice ese dinero a las familias y empresas en forma de préstamos. Además, el BCE ha mantenido el tipo de interés principal en el 0%, mientras que el tipo aplicado a la facilidad de préstamo continuará en el 0,25% y el interés de la facilidad de depósito seguirá en el -0,40%, según se desprende del comunicado de la reunión de marzo.

Tras el comunicado, las probabilidades que otorga el mercado a una subida de tipos en la Eurozona para 2019 se han hundido por debajo del 20%. Mientras que la posibilidad de que se mantengan ‘congelados’ se ha incrementado hasta el 80%. El mercado no cree que el BCE vaya a subir el tipo sobre la facilidad de depósito en lo que resta de 2019.

Nuevas inyecciones (TLTRO III)

No obstante, el BCE ha dado un respiro a la banca con el anuncio de nuevas subastas de liquidez. Estas inyecciones a largo plazo (TLTRO-III) para la banca empezarán en septiembre de 2019 y terminarán en marzo de 2021, cada una con un vencimiento de dos años. Las subastas se realizarán de forma trimestral y se dividirán, previsiblemente, en seis operaciones diferentes, una por trimestre.

Estas nuevas operaciones pretenden mantener unas condiciones de financiación favorables para la banca y transmitir la política monetaria a través de los canales financieros de una forma efectiva. «Las subastas se concederán al tipo principal de refinanciación (ahora en el 0%). Como las otras TLTRO, se incluirán inventivos para que las condiciones de crédito sigan siendo favorables». Esto abre la puerta a que los bancos que concedan más crédito a familias y empresas tengan unas condiciones favorables como una remuneración por pedir prestada esa liquidez.

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Los bancos que participan en estas operaciones pueden obtener financiación por un importe de hasta el 30 % de sus préstamos vivos a empresas y consumidores. Esto significa que las entidades que concedan más préstamos a la economía real podrán obtener más financiación y a un tipo de interés más bajo del que habitualmente ofrece el BCE.

A partir de 2020 comienzan a vencer las últimas disposiciones de liquidez que obtuvo la banca en 2016 que ascendieron a 700.000 millones.

Tanto el BCE como otras instituciones financieras han alabado los efectos sobre el sistema financiero de este tipo de operaciones. «Las subastas de LTRO y TLTRO han sido muy útiles y muy efectivas para restaurar la transmisión de la política monetaria en la Eurozona», ha remarcado. Desde 2014 este tipo de operaciones han estado vinculadas a la concesión de créditos por parte de la banca a empresas y familias.

Sólo en junio de 2020 vencen 380.000 millones de euros que los bancos tienen que devolver al BCE. Ademas, en septiembre vencerán unos 44.000 millones en y diciembre otros 60.000 millones más, por lo que en 2020 la banca debe devolver al BCE alrededor de 500.000 millones de euros que tenían bajo unas condiciones muy favorables.

Los bancos de la periferia han sido los más activos en este tipo de subastas a largo plazo que han ido sustituyendo a las operaciones principales de mercado abierto (con un vencimiento de entre uno y 7 días) en los últimos años. Con esta barra de liquidez a largo plazo los bancos de la periferia han logrado reducir los diferenciales que tenían que pagar por financiarse respecto a los bancos de los países ‘core’.

El propio BCE defendía así estas herramienta de política no convencional cuando anunció la segunda ronda de TLTRO: el banco central proporciona liquidez a los bancos comerciales en forma de préstamos. Normalmente, estos deben devolver dichos préstamos en plazos de una semana o tres meses. He ahí la principal diferencia con las operaciones convencionales: los préstamos concedidos en el marco de las TLTRO tienen un vencimiento mucho más largo, de cuatro años. Esto ofrece a las entidades de crédito una financiación más estable y fiable en momentos de incertidumbre en los mercados.

Asimismo, a diferencia de las operaciones de política monetaria convencionales, la cantidad de dinero que los bancos pueden obtener en las TLTRO y el coste de financiación dependen del volumen de préstamos que conceden a la economía real.

 

Fuente: eleconomista.es