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Fuente: eleconomista.es

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Los inversores se posicionan claramente tras conocer el resultado electoral en Argentina. El mercado no solo no es favorable a una nueva victoria peronista, con Cristina Fernández de Kichner de vuelta, en algún modo, a la Casa Rosada, sino que castiga duramente tanto a la renta variable como a la deuda soberana en las últimas 24 horas.

Una muestra de ello lo reflejan los CDS (credit default swap, en sus siglas en inglés) del país. Estos instrumentos financieros ya arrojan un 75% de probabilidades de quiebra en Argentina en los próximos cinco años -el viernes ese mismo porcentaje era del 49%-. Los CDS a un quinquenio, según apunta Bloomberg, se dispararon el lunes casi un 100%, pasando por tanto de 1.000 puntos básicos a más de 2.000 puntos básicos, niveles impensables para otros países de América Latina, como Brasil o México.

Todos los tramos de bonos, especialmente los de corto plazo de entre dos y tres años triplicaron ayer su rentabilidad hasta cotas superiores al 30%.

Y es que, la gran incógnita pasa ahora por saber si Fernández -en el caso de que llegue a la presidencia- romperá o no el acuerdo que el presidente Mauricio Macri firmó con el FMI. En 2018, después de que el Banco Central de Argentina se rindiera ante la inflación y subiera los tipos de interés al 40%, a Macri no le quedó más remedio que ir al FMI.

La entidad prestó al mandatario argentino 50.000 millones de dólares, cifra récord, para frenar la fuerte caída del peso. Aunque el acuerdo no incluye las duras obligaciones que convirtieron a las tres siglas del Fondo Monetario Internacional en el demonio de la sociedad argentina durante los años del corralito, el peronismo tachó al pacto de «traición a la patria» y Kirchner dejó clara su intención de abandonarlo cuando fuera posible.