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Con las miras puestas en la comparecencia el miércoles y el jueves de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, en el Capitolio, que se perfila como una de sus últimas intervenciones ante los legisladores antes de que su periplo como mandamás del banco central estadounidense expire a comienzos del año que viene, el presidente, Donald Trump, se dispone ya a dejar su huella en el seno de la Fed.

Tras meses de incesantes rumores, y con tres puestos vacantes en el órgano de gobierno del banco, el republicano nominará a un veterano de la industria financiera como Randal Quarles para convertirse en el vicepresidente de supervisión de la Fed, el regulador más importante de la gran banca del país. Hasta la fecha, dicho papel ha corrido de forma interina a cargo de Daniel Tarullo, quien presentó su dimisión el pasado abril.

De ser confirmado, Quarles, quien dirige la compañía privada de inversión, Cynosure Group, y llegó a ser socio de la entidad de capital privado Carlyle Group, congeniará con el objetivo de la administración Trump de relajar la regulación que pesa en estos momentos sobre el sector bancario estadounidense. En un informe a sus clientes, los analistas de Compass Point Research, señalan como el primer elegido del mandatario republicano para ocupar una posición dentro de la Fed ha calificado la reforma financiera Dodd-Frank impulsada por la administración Obama en 2010 «un fracaso de ambición» así como una «concesión de presiones inapropiadas».

«Quarles utilizará su puesto como vicepresidente de supervisión para orquestar una amplia agenda desreguladora para los bancos del país, con un enfoque en el aumento de la transparencia de las pruebas de estrés, alterando la Regla de Volcker y ofreciendo un alivio regulatorio a los bancos comunitarios», señalan.

El desembarco de este veterano de la industria financiera, que también militó el sector público durante la administración de George W. Bush como alto funcionario del Departamento del Tesoro, no sólo tendrá un amplio impacto para la industria bancaria del país, sino también dentro del propio Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés), el órgano encargado de dictar la política monetaria de EEUU.

Quarles, licenciado por la Universidad de Columbia y abogado educado en Yale, se convertirá en uno de los siete miembros del Consejo de Gobierno de la Fed, que hasta ahora opera con sólo cuatro miembros, por lo que tendrá poder de decisión en estos menesteres. Una situación que promete azuzar la división que se deja notar en el seno del banco central estadounidense, donde en estos momentos se baraja cuándo comenzar con la reducción del balance de la Fed y si materializar una tercera subida de tipos este año.

En este sentido, Quarles, de 59 años, ha criticado en el pasado la política acomodaticia de la Fed, especialmente mantener los tipos de interés históricamente bajos años después de la crisis financiera de 2008. También aboga por imponer una regla de política monetaria que sirva de guía a la hora tomar decisiones de política monetaria. De esta forma, la administración Trump mueve su primera ficha en la Reserva Federal, donde espera nominar cuanto antes a otras dos personas más para completar los puestos vacantes dentro de su Consejo de Gobierno.

Este es un punto clave, ya que con la influencia de tres individuos dentro del banco central, Trump podría mostrarse lo suficientemente cómodo como para renovar a Yellen en el cargo, una decisión que deberá tomarse antes de finales de enero de 2008. Hasta la fecha no está claro si el republicano optará por reemplazarla o mantenerla al frente de la Fed, donde el vicegobernador Stanley Fischer también verá su mandato expirar en junio del año que viene.

Durante la jornada del martes, el presidente de la Fed de San Francisco, John Williams, dijo que cree que la reciente debilidad de la inflación es transitorio y que los precios se acelerarán en torno al 2% durante el próximo año. Williams enfatizó que si la inflación no se acelera como está previsto, esto apoyará el argumento a favor de un ritmo mucho más lento de subidas de las tasas de interés que el proyectado actualmente. También señaló que aumentar las tipos y reducir el balance en los próximos meses son formas complementarias de ajuste de la políticas monetaria y que sus proyecciones toman esto en cuenta.

Por su parte, una de las funcionarias que más respalda una política acomodaticia, Lael Brainard, gobernadora de la Fed, señaló en un discurso que el banco central estadounidense actuará «pronto» en adelgazar su balance de 4,5 billones de dólares si la economía coopera pero, sin embargo, indicó que la Reserva Federal podría haber alcanzado su límite de alzas en los tipos de interés para este año.

Fuente: eleconomista.es