(…) los salarios crecen al mayor ritmo de una década y las vacantes se sitúan en récord.
El mercado laboral británico está desafiando al Brexit y loa economía creó 179.000 empleo entre diciembre de 2018 y febrero de 2019, superando las previsiones de los analistas. La tasa de ocupación repite en el 76,1%, el nivel más alto desde que hay registros, con los salarios creciendo un 3,5% anual, el mayor ritmo de crecimiento en una década, y los puestos sin cubrir se mantienen por encima de las 850.000 vacantes. Surge con fuerza la teoría que las empresas están invirtiendo en mano de obra ante la incertidumbre del Brexit desplazando las inversiones a largo a la espera de que se defina el futuro del país y la Unión Europea.
Las ganancias totales, incluidos los bonos, aumentaron en un 3,5% anual en los últimos tres meses, según la agencia de estadística del Reino Unido. Supone el mayor incremento anual en una década, coincidiendo con el estallido de la crisis financiera cuando los salarios aumentaban a un ritmo del 4%. El incremento de la cuantía de la nómina ajusta por inflación se situó en febrero al 1,5%.
Otro dato que revela la fortaleza del mercado son las vacantes sin cubrir que desde 2012 están disparadas. Se sitúan en 852.000 vacantes, 32.000 más que el año anterior. La cifra indica que el mercado de trabajo todavía puede mejorar, pero que cuesta encontrar trabajadores lo que se está traduciendo en un aumento de los salarios.
Sin embargo, el aumento de puestos de trabajo y salarios podría reflejar nerviosismo entre las empresas que han recortado la inversión, lo que aumenta la probabilidad de que contraten a trabajadores que pueden ser despedidos en caso de un parón de la economía.
«El mercado laboral sigue siendo sólido, ya que la cantidad de personas en el trabajo continúa creciendo», indica Matt Hughes, jefe de estadística de la ONS. «El aumento en el último año proviene de los empleados a tiempo completo, tanto de los empleados como de los empleados por cuenta propia».
La dinámica del empleo está por encima de las previsiones del Banco de Inglaterra que pronostican una desaceleración de los salarios y de la creación del empleo para final de año. De mantenerse la evolución el Banco de Inglaterra podría verse forzado a elevar los tipos de interés.